Otras obras y textos: "Correo del Amor o SMS", de Ruth D. Tapia

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Otras obras y textos: "Correo del Amor o SMS", de Ruth D. Tapia
Amigos de la comunidad Cultura Pix envian sus textos y relatos, este es el turno de presentar el relato de Ruth Tapia, con "Correo del Amor o SMS", esperamos que lo puedan disfrutar.

Correo del Amor o SMS, de Ruth D. Tapia

        Cómo no recordar el tiempo aquel, el de mi juventud, cuando no necesitábamos tomar “éxtasis”, ni nada por el estilo, para soñar, divertirnos y… volar con la imaginación!
       A propósito de “volar con la imaginación”, nada mas efectivo que el CORREO DEL AMOR.
Las de mi generación lo deben recordar. Claro que sí! Aún no tenemos edad para el alzhéimer….
         Para  los jóvenes, si sus padres no les contaron, paso a relatarles brevemente.
         En la década del 70(nefasta época), en mi pueblo, por suerte, se estilaba organizar bailes en casas de familias o en clubes. Y precisamente, allí, en los clubes se llevaba a cabo EL CORREO DEL AMOR. Llegaba hasta la mesa donde estábamos ubicadas, el mozo con una bandejita y un papel doblado con un “telegrama”, dirigido a algunas de nosotras. Y en ese papel, la magia, el encanto, el éxtasis de un mensaje. Tal vez contenía un piropo o una cita.
En muchos de los casos o en casi todos era anónimo; y es eso lo que nos permitía  realizar el vuelo fantástico con nuestra imaginación. Empezábamos a mirar a la redonda o a hacer un paneo, como se dice ahora, mientras escuchábamos algún tema de los Iracundos o de Los Náufragos. Nuestras miradas se posaban en cada mesa ocupada por varones, porque eran ellos  los que daban el puntapié inicial. Intentábamos descubrir quien lo había enviado. Tal vez el chico del 5° B que nos volvía locas o el del 5° A con quien nos cruzábamos miradas en el bar de la escuela. Vaya a saber! Y he ahí todo el encanto! Por momentos preferíamos no saber por temor a una desilusión o quizás porque el misterio tiene esa suerte de magia.
        Si alguien está leyendo esto, se preguntará porqué ese título? Tan paradójico o análogo tal vez. Esto simplemente es el prólogo de una historia actual y real. Real y virtual al mismo tiempo. 

      Habían transcurrido varios años y la vida, con ese devenir vertiginoso de cambios, reemplazó el colorido LONG  PLAY del Club del Clan por el C.D., al enorme combinado o al Tocadiscos por el mp4, a lo mágicos telegramas por los S.M.S.
     Era un sábado de otoño, año 2010, cielo plomizo y temperatura muy baja para la estación y mi región. El trajín diario y en especial el de los sábados, me habían llevado a tomar una siesta, pero a pesar del cansancio, no pude conciliar el sueño. Con el control remoto hacia zapping, nada me atraía ese día, había una inquietud extraña dentro de mí. En mi mesa de luz, como siempre, mi celular. Nunca lo apago, siempre espero algún mensaje. Con los años me volví paranoica y siempre espero una mala noticia. De pronto!  El ring tone especial que le había puesto a mi celu me anunciaba un mensaje. Abrí la tapa con la misma prisa de siempre y el mismo miedo. Pero, ésta vez en la pantalla un número desconocido y un texto que decía: hola linda que hces. Podría no haber respondido y se hubiera acabado la historia. Además era obvio que no estaba dirigido a mí, pero por un impulso inexplicable, respondí: te equivocaste. Lo hice tal vez porque ese, hola linda, revivió ese “ser mujer” que hacía mucho tiempo lo había sepultado. Me levantó la autoestima y ese costado romántico de aquellos años del CORREO DEL AMOR.
      Nuevo anuncio de mensajes… y otra vez el mismo número diciendo: soy j.. no sos c..? y nuevamente mi respuesta con un no cortante. Inmediatamente, el misterioso personaje con otro mensaje: - igual pdemos ser amigos por msajes qres.Entonces, por la forma de escribir, se me representaron mis hijos, y le dije: No creo, presiento que sos un jovencito y yo soy muy mayor.
      Habían pasado unos días, no recuerdo cuantos, cuando otro S.M.S. del mismo número: hola linda cómo stas. Ésta vez decidí hacerme la despistada y contesté  Perdón no sé quien sos, no estás en mis contactos. Y al toque como dicen los jóvenes, la respuesta: soy j… el que por error te envió un msje y quedó tu nmero en mi celu.
      A partir de entonces traté de persuadirlo, diciéndole que esa amistad que me proponía era imposible. El seguía insistiendo, preguntándome datos míos, yo me negaba a dárselos Pero era tanta mi intriga por saber quién era y tanto mi temor de que fuera algún amigo de mis hijos, que como para desilusionarlo y a la vez saber su identidad le dije: Quiero saber tu apellido, tal vez fuiste alumno mío. Y ese fue el único dato que le hice conocer. A partir de entonces comenzó a tratarme de usted y me llamaba profe, pero no se rendía. Quería conocerme.
       La intriga se acrecentaba en mí y la imaginación mía, traspasaba los límites. Me volví a sentir joven, sentía que la sangre me bullía como hacía mucho, pero mucho tiempo.
       Cada vez que salía a la calle, lo hacía, vistiéndome de la mejor manera, mis labios nunca estaban sin rouge, mi corazón latía con la misma intensidad de mi primera cita de amor. Mis ojos no se detenían un segundo, tratando de descubrir en cada joven a aquel enamorado virtual.
        Los mensajes eran continuos al igual que su requerimiento de concretar una cita. Mis dudas, mi incertidumbre, mis miedos y mi admiración por ese joven tan osado conspiraban contra esa mujer decidida y fuerte en que me habían convertido los años. No me animaba a dar ese paso tan necesario para lanzarme a vivir nuevamente.

         Tantas cosas feas me estaba pasando de un tiempo a esta parte, que esos mensajes se tornaron imprescindible y eran como una caricia para mi alma.
         A veces me decía.   Y si el conocerlo me agrega otra decepción o se convierte en un peso mas para la carga que llevo…?
         El tiempo iba pasando, y en mi caso el tiempo es oro. No puedo permitirme el lujo de darle tiempo al tiempo. Entonces esperé uno de sus clásicos mensajes: hola profe cmo sta. Que hce - y súbitamente le respondí: aquí estoy, lista para conocerte. Dónde nos podemos ver?, como nos identificamos?. Y a la usanza de los cuentos románticos me dijo: la esperaré en la puerta de la iglesia, estaré con una flor en la mano. Yo le respondí: nunca voy a la iglesia, pero tal vez vos seas el ángel que me conduzca hacia allí.
         La verdad que necesitaba recuperar muchas cosas perdidas: mi fe, mi romanticismo, mi ser mujer.
         El momento llegó. No hay tiempo que no llegue ni plazo que no se cumpla…
         Traté de vestirme de la manera más juvenil posible, pero sin caer en lo ridículo. Sin querer estaba reviviendo la misma emoción que sentí el día de mi boda. Esta vez, me dirigía a ese lugar sagrado, también para concretar una unión, pero pecaminosa, según los preceptos de la iglesia.
          La puerta de mi casa se cerró tras de mí, y dentro de ella quedaron, mis prejuicios y mis miedos.
          No quiero describir todo lo que sentí en el trayecto, no sé que´ impulso mágico me llevó a estar frente a él. Una hermosa flor blanca estaba prisionera en esas manos jóvenes pero fuertes, un leve temblor se percibía en ellas. Lo miré a los ojos, era tal como lo había imaginado. Apenas pude decirle: hola! Y él con una voz varonil, me respondió: buenas noche señora- y sus ojos color miel siguieron mirando hacia todas partes, como buscando algo.
          Rápidamente  entré a la iglesia, que por suerte estaba abierta, convencida de que se había desilusionado al verme, tal vez le parecí demasiado vieja….
           Frente al Cristo, como hacía tanto tiempo no lo hacía, empecé a orar con palabras mías, de pronto, la tenue luz del altar, me advirtió que me había puesto un vestido de color azul, el que mejor me quedaba y no el de color blanco  con el que me identificaría.

            Alcé mi mirada hacia la cruz y dije: Jesús, gracias por haberme permitido conocer a ese ser que me hizo saber que sigo viva y gracias por haberme impedido  cometer un pecado.
         Sigo viva, pero mi vida le pertenece a mi familia. Él, tiene todo el tiempo del mundo para formar la suya. HAZLO FELIZ!

Ruth D. Tapia


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3 comentarios:


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  1. Ruth... un clásico el cuento... me emociono... y como siempre decimos es la vida misma... cuantas veces hemos esperado esa palabra o ese encuentro mágico para saber que aun estamos vivas!!!
    que bueno que Edu y su amigo hayan creado este espacio para publicar, para imaginar,para compartir lecturas y placeres!!! éxitos!!! y muy bueno el cuento!

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  2. muy bueno tu cuento Ruth!

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  3. Ruth!!! que indentificada me siento con esta historia, hace 4 años que me divorcié y me esta pasando lo mismo...repienso y doy vueltas sobre todo lo que implica que sea mucho mas joven que una pero cuanta magia y cuanta plenitud te hace sentir alguien que te dice palabras lindas y que acarician el alma...

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