… Aún no lo sé, pero de seguro cosas buenas hay escondidas por ahí. Donde están? No lo sé; pero de seguro que están. Adónde…? Tampoco lo sé; pero no tardaré en encontrarlas. Quizá cueste un poco, quizá hasta me olvide de lo que busco y por qué? Pero nunca renunciaré a ellas. Ellas me esperan en algún lado, ellas me ven; yo no las veo, pero ellas si a mí. Desean ser encontradas y desean sentirse útiles; es por ello que están ahí invisibles a mis ojos. Quizá son un poco tímidas y no quieren aparecer furtivamente, por miedo a asustar. Honestamente no lo sé, pero de seguro ahí están.
Hasta cuando buscaré, es lo que me agobia, es lo que me enlentece, es lo que me confunde, es lo que me atrapa y por momentos no me deja ver la realidad. Cuando hablo de realidad, me refiero a las metas, a los objetivos planteados en la vida y que en cierta manera son nuestros sueños mas profundos y deseados. Está de más aclarar que esa realidad o sueños son auténticamente nuestros y de cada uno. No son duplicables, ni reproducibles. Y la pregunta es… Por qué habrían de serlo? Quizá porque los seres humanos de este mundo, o al menos los que nos consideramos como tales, somos demasiados; y si bien es cierto que con semejante cantidad de habitantes, las posibilidades de repetición de los sueños son muchas, la posibilidad de repetición en las “calidades” de los mismos no lo es. Qué quiero decir con esto? Trato de significar que todas pero absolutamente todas las cosas, y lo digo sin miedo a confusión, tienen una impronta propia, única e irreproducible. A esto tampoco escapan nuestros mas profundos deseos y sueños. Podrán parecer nimios e intrascendentes, pero la verdad es que les sobra coraje y personalidad…
Hasta cuando buscaré, es lo que me agobia, es lo que me enlentece, es lo que me confunde, es lo que me atrapa y por momentos no me deja ver la realidad. Cuando hablo de realidad, me refiero a las metas, a los objetivos planteados en la vida y que en cierta manera son nuestros sueños mas profundos y deseados. Está de más aclarar que esa realidad o sueños son auténticamente nuestros y de cada uno. No son duplicables, ni reproducibles. Y la pregunta es… Por qué habrían de serlo? Quizá porque los seres humanos de este mundo, o al menos los que nos consideramos como tales, somos demasiados; y si bien es cierto que con semejante cantidad de habitantes, las posibilidades de repetición de los sueños son muchas, la posibilidad de repetición en las “calidades” de los mismos no lo es. Qué quiero decir con esto? Trato de significar que todas pero absolutamente todas las cosas, y lo digo sin miedo a confusión, tienen una impronta propia, única e irreproducible. A esto tampoco escapan nuestros mas profundos deseos y sueños. Podrán parecer nimios e intrascendentes, pero la verdad es que les sobra coraje y personalidad…
Daniel R. Atalah


Palabras tan exactas solo nos hacen reflexionar aun mas. Excelente la postura y la posicion de lo citado.
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